Ya tienes la excusa para no hacer la cama, es más higiénico.
Todo se debe a los ácaros del polvo, que habitan en nuestra cama, estos bichos se dan en condiciones húmedas y cálidas, como las de una cama perfectamente hecha, pero se secan si las sábanas están al aire libre.
Los ácaros, tal y como explica un estudio de la Universidad de Kingston, en Londres (Reino Unido), solo pueden sobrevivir ingiriendo agua de la atmósfera y acostumbran a sentirse especialmente cómodos en ambientes más bien oscuros. Si uno deja la cama sin hacer con el propósito de eliminar la humedad de las sábanas y el colchón lo que consigue es deshidratarlos y acabar con ellos. Abrir las ventanas para airear por lo menos 30 minutos y dejar entrar la luz del sol también resulta de gran ayuda.
"Algo tan simple como una cama sin hacer durante el día puede eliminar la humedad de las sábanas y el colchón por lo que los ácaros se deshidratan y finalmente mueren."